La crisis de la psiquiatría actual comenzó en 1946 (Ansean)
La Constitución de la Organización Mundial de la Salud fue firmada en Nueva York el 22 de julio de 1946. En ella se define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”; añadiendo que “el goce del grado máximo de salud que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de todo ser humano”.
Con esta definición de salud en la mano, se abona el terreno, en general, a la medicalización de la vida y, en particular, a su psiquiatrización.
Este sofisma de equiparar salud con felicidad implica que la infelicidad es enfermedad y, por tanto, que puede ser tratada médicamente. De ahí a abordar con fármacos problemas y malestares cotidianos sólo hay un paso.
La Psiquiatría es la especialidad perfecta para medicalizar la vida. Sin marcadores biológicos que determinen los diagnósticos (y mucho menos las etiologías), con una psicopatología reducida a una mera nosología donde se acuerdan y consensúan trastornos que aparecen y desaparecen según lo que se convenga en cada momento, y con una potente artillería farmacológica que aborda multitud de fenómenos psíquicos, la Psiquiatría abarca innumerables posibilidades de aplicación a cuestiones no patológicas de la vida diaria.
PSIQUIATRIZACIÓN DE LA VIDA COTIDIANA.
DISEASE MONGERING EN SALUD MENTAL
Andoni Anseán